La vida, anécdotas y estupideces de un creativo mexicano, con el ego de un argentino, que cocina pasta italiana, tiene un coche gringo, un radio japonés y que ama la música francesa. (Este espacio azul está muy grande y ya no se que escribir para llenarlo).



Te prometí que no lloraría.

Hermano: te prometí que no lloraría, que sería fuerte y que entendería que tu tiempo a mi lado se había acabado.

Marcaste mi vida, me enseñaste tanto, y ahora con tu muerte sigues haciéndolo, el ver a tantas personas en el velorio, tanta gente hablando desde lugares lejanos, tantos viajes para decirte adiós, tantas personas sin saber que decir, es sólo un reflejo de lo afortunados que fuimos al tenerte durante 25 años cerca.

A todos nos dejaste un recuerdo personal, eso significa que siempre tuviste tiempo para darle a todos, nadie era más o menos para tí, todos éramos merecedores de tu amor y de tu mirada sincera y limpia.

Me enseñaste entre otras cosas, a ser auténtico, a ser honesto y a entregarme a las personas como soy. Siempre luchaste, siempre contra todas las predicciones y siempre saliste airoso de las batallas perdidas.

En esa cama de hospital, tu y yo cerramos un ciclo, yo te hablé, te besé y me despedí. Tú, sin decir nada me dijiste todo: Estamos en paz.

Al escuchar tanto rezo en tu velorio me dieron ganas de reir, "Santos Apóstoles... rueguen por él" "Cáliz de vida... ruega por él"... Tu no necesitas a un juez clemente, no necesitas de los rezos por que siempre viviste tu vida plenamente, sin rencores, sin odios, sin falsa moralidad y sobre todo, siempre diste amor.

¡Qué tarea tan difícil me dejas! ¡Qué ejemplo tan perfecto de vida, de lucha de entereza y de amor! ¡Qué difícil será entregar cuentas y esperar no ser indigno de tu enseñanza!

Entrar a tu cuarto fué doloroso la primera vez...

Las corcholatas gigantes que adornaban mi puerta (y que te encantaba rascar), ya no me avisarán que estás en casa.

Te prometí que no lloraría.

Es solo que a veces te siento tan cerca, que a mis ojos les cuesta trabajo resistir la luz con la que me guías.

Gracias por enseñarme a vivir, te quiere siempre:

Tu hermano.

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posted by Nacho @ 12:23 a.m., ,




Eye in the sky



"Don't say words you're gonna regret

Don't let the fire rush to your head
I've heard the accusation before
And I ain't gonna take any more
Believe me

The sun in your eyes

Made some of the lies worth believing.."


Alan Parsons Project - Eye in the sky

Casi sin querer regresó a esa casa, había pasado mucho tiempo -había dejado de contar los días desde que decidió partir-, el lugar estaba tal como lo recordaba, la única diferencia era el silencio y el olor de ella que casi se había vuelto imperceptible.

Caminó directo a la cocina, abrió la despensa y solo encontró un poco de café soluble. Buscó una taza, la llenó de agua de la llave (que rechinó al ser abierta), y la puso en el microondas "con 2 minutos es suficiente" -recordó, a la par que quiso olvidar todas las cosas que ella dijo-.

Cada parte del departamento guardaba celosamente un recuerdo de ella -por eso se había largado de ahí hace dos años- y ahora era el momento de limpiar a conciencia, de dar espacio a su vida, a tener una ¿vida? sin ella.

La contestadora estaba llena, pero no quiso escuchar ningún mensaje temiendo encontrar preservada su voz, así que sin pensarlo demasiado borró todo y por un momento se lamentó por no tener un botón de borrado él mismo, por tener que limitarse a no recordar en lugar de olvidar.

"Mañana -pensó- será un buen día", mientras daba un último trago al café soluble y se recostaba en el sillón de la sala (la cama se veía demasiado grande sin su cabello oleando en la penumbra).

Cuando abrió los ojos, ella lo miraba fijamente, sonriendo, sentada en el sillón individual en el que tantas veces hicieron el amor.

"hola"

Instintivamente, cerró los ojos, para desaparecerla, como hizo todos los días durante su exilio.

"Escuché que regresabas, necesitaba hablar contigo"

"..."

Él se preguntó: ¿Cómo había entrado al departamento?, pero ella una vez más le demostró que leía su mente cuando le mostró el juego de llaves que aún conservaba.

"solo vine a decirte que me has hecho falta. Me HACES falta. Me dí cuenta de lo que éramos, y estoy dispuesta a retomarlo todo, a dar el siguiente paso..."

Él se levantó, la besó en la frente, tomó las llaves, se dirigió a la puerta, levantó la maleta que la noche anterior había dejado en el pasillo -aquella maleta donde cupo su vida durante todo este tiempo- cerró la puerta y se fué.

Lo último que ella escuchó de él, fueron las llaves que cayeron dentro del buzón.

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posted by Nacho @ 6:22 p.m., ,